Fui más precipitada de lo que el tiempo me pedía

La brisa de la tarde alumbra el poco espacio de mi apartamento, mientras, yo sigo fumando la poca nicotina que queda en el cigarro que sostengo entre mis manos. Sentada el la poyata de mi ventana observo la gente que pasa por debajo de mi, gente que a lo mejor no tiene un destino en el que fijarse, gente que se fuma su propio dinero mientras se ríe de la incapacidad de el de al lado. Luego levanto la mirado y me observo a misma, después de ver a toda esa gente sólo me queda que pensar que nunca podre ser como  ellos, aunque a lo mejor tuve alguna oportunidad.  Ahora es cuando me doy cuenta  que los trenes se van y no vuelven, y que yo estoy perdiendo el tiempo esperándoles en el andén.Y todo esto porque nunca he dedicado un puto minuto a mi misma porque jamas me he preocupado por mi vida. Y esto ocurre cuando crees en no ser capaz.